martes, 25 de marzo de 2014

Los días pasan, tan largos, sin piedad, con su dama la noche y el silencio llena
mis oídos, todo acalla a mi alrededor; más en mi mente me perturba un ruido
atormentador, las hojas del invierno caen sin destino ya alguno,
 tan silenciosas, tan taciturnas;  dando fin a su cometido y dando vida al mismo tiempo, 
muy lejos son arrastradas por el viento de su lugar de vida, muerte y
descanso.

En alguna parte una historia está por empezar mientras algunas otras dan fin y tal
vez algunas ponen tres puntos de continuará, sin percatarse de lo azaroso del
tiempo y el ya usado “impredecible destino”. Mientras algunos entonan al viento
una oración acompañada de la llama finita de una vela, oraciones, plegarias,
favores a una deidad gastada y distorsionada por el tiempo algunos otros mandan
maldiciones. Algunas oraciones despiden a seres queridos que ya han perecido en
esta tierra dando lugar a otra nueva vida en la misma muerte; lo que conlleva
una especie de soledad llamada "ausencia"; todas las ausencias lleven consigo un poco de tristeza.

Algunas miradas son como nubes, tan transitorias; y las miradas como nubes a veces; solo a veces suelen llover...
Date bien cuenta mírate en mis ojos oscuros, aunque ellos miren la más hermosa noche
mi mirada solo refleja tristeza, francamente no pretendo ganar una herida más,
si no todo lo contrario ganarme a mí mismo sin perderme está vez. Deseo tanto
recuperarme en tus labios, ellos acallan mis penas.

Todas las ausencias lleven consigo un poco de
tristeza, toda tristeza es posible lleve un poco de lagrimas; las lagrimas más
amargas llevan dentro un poco de nuestra alma desbordada.


Se dice que los poetas en cada escrito nuestro ponemos un poco de nuestra esencia y la verdad es que no,
no ponemos un poco de nuestra esencia; si no un trozo de alma en cada verso; en cada sencilla palabra
formando un verso una emoción.

miércoles, 30 de octubre de 2013

http://www.youtube.com/watch?v=4Hb1ZMYDeuQ

A MI  MISMO 

Perdón a mi mismo; a veces los recuerdos escapan por mis ojos
y ruedan por mi mejilla, la música ya no suele doler como antes;
como látigos en la espalda o cubetadas de agua fría;
cada día el impacto es menos. Juro que sostuve las palabras lo más que pude;
pero se me vinieron encima como muros, lastimando un poco mi cuerpo.

Caminar en mi poesía lúgubre no es nada nuevo; la misma historia de años
solo que ahora con diferentes protagonistas, por tercera vez me han intentado
desaparecer, mis palabras escritas para nadie para la nada,solo para saciar un poco
el lobo de soledad que se mofa de mi; ganando en este jodido juego
que cada vez regresa más fuerte que yo.

Las lágrimas aún no me son suficientes para el olvido; ni siquiera para el perdón hacia mí
mismo, la ansiedad me atacaba mostrando mi miseria emocional interna;
haciéndome ver un cielo lleno de estrellas pero ni una sola me pertenece;
sintiéndome violado por su luz. Me sorprende que después de tantas decepciones;
haya tenido la patética idea de “confiar” y más patético aún de querer,
me han regresado a la tumba de la que creí salir para enterrarme vivo;
recordando el epitafio que recita: “LA TRISTEZA TE HACE MÁS FUERTE Y FRÍO”.

jueves, 10 de octubre de 2013

Tres días sin ella


El sol golpea mi rostro sin piedad; atravesando el vidrio de la ventana de mi habitación, la cual refleja una claridad extraña, una paz mortuoria. Me levanto de la cama con dirección al espejo, a mis 27 años el reflejo muestra a alguien más viejo y ojeroso, aspecto desde casi media semana, toco mi rostro como comprobando que el reflejo pertenece a mi persona; pero el taco confirma lo que mi mirada sabe.

El despertador  suena a su hora habitual 8:00 am; pero yo le he ganado desde hace tres días, somnoliento me dirijo a la cocina a prepararme una taza de café; lo bebo cual agua simple y sin demora, el tiempo pasa; mientras tanto el teléfono suena por cuarta vez esta mañana y después de tres días lo cojo sin emoción alguna, solo escucho un “Hola,como vas; hace tres días no te presentas a trabajar”, la voz del otro lado de la línea recibe mis silencios por respuesta; silencios seguidos del acto decolgar; “no es la voz que deseo escuchar”pasa por mi mente.

La mañana se escurre dando paso al atardecer, las sombras empiezan a plasmarse en las paredes blancas y una que otra en mi mente, y  yo…sentado aletargado casi taciturno, me levanto del sofá y asomo el rostro por el ventanal de la sala; miro el reloj 6:30 pm, y casi no hice nada; excepto ir a hacer algunos pagos y recibir flores como si fuese yo una chica que intentan seducir a la antigua. Mis ojos se pierden entre el color naranja rojizo de la tarde. El viento mueve mi pelo y se lleva una lágrima que sale sin previo aviso de mis ojos.
De repente un olor golpea mi sentido del olfato; el cual reconozco sin demora, el perfume que nunca olvidaré; que profana hoy mi nariz y acelera mis latidos, no tan lejos escucho unos tacones que aceleran aún más mis latidos hasta ponerme ansioso, pero no pertenecen a ti, la dueña del olor como de los tacones es una chica apresurada por el tiempo; mira su reloj abordando un taxi.

Son ya 6:58 las sombras de la tarde se apoderan de un agonizante día, “6:58 pm hace tres días murió una parte de mi” pensaba, me distrae de ese pensamiento un apetito; mi cuerpo exige comida y no la tortura de mis pensamientos; preparo algo ligero, ceno con la compañía de flores y su aroma; en su mayoría rosas amarillas…”eran tus favoritas”, no soporto el olor y los recuerdos me rodean como depredadores dispuestos a despedazarme, dejo el plato a medio terminar y voy a la “seguridad” de mi cuarto.
No soporto más  y me derrumbo en lágrimas, mis ojos no lo soportaban, sollozo, berreo de angustia de ti; el dolor es tal que golpear a la pared con los puños es casi imperceptible, dueles más tú.


Camino en la habitación hacia la ama; en el trayecto intento cubrir mis ojos con las palmas de las manos, la idea de no volverte a ver duele, no asimilo tu adiós, aún desde hace tres días espero cruces el umbral de mi puerta pero la realidad no será así, ya no escucharé tu vos al teléfono, ya no despertaré junto a tu como solíamos hacerlo, ya no volveremos a cenar juntos, seguiré regalándote rosas amarillas pero no veré más tu rostro de sorpresa y alegría, ahora desde hace tres días duermes sola; bajo tus cobijas de tierra, tus manos no tocarán mi pelo mientras me besas, son ya tres días de tu colosal partida, aún recuerdo tus labios rosas combinaban con tu pelo negro que a su vez resaltaba con tu féretro. El llanto y

el cansancio me hacen quedarme dormido, son tres días sin ella y ya así será el resto de mi vida.

jueves, 29 de agosto de 2013

Tan cerca y tan lejos

Tú tan cerca y yo tan lejos;
lejos están las estrellas de mis manos;
mis manos aún te buscan
buscándote no te he encontrado;
encontrarnos sería cosa del caprichoso destino,
el destino tan impredecible como tú;
tú mi sueño o pesadilla nocturna
nocturna es mi pena por no tenerte a mi lado.

Las palabras no me son suficientes para expresarme;
expresarme con palabras para intentar formar versos,
en versos me la he pasado expresándome en mi vida;
mi vida se fue en tus pálidos ojos de lobo;
como lobo aullando le hablo a la muda luna;
luna que solo me ofreces las sombras y tus silencios;
en silencios mis labios permanecen.

Vuelva a caminar en mi poesía muerta;
muerto este poema que intenta comerme el corazón
corazón desteñido por ausencia de un calor,
cálidas solían ser tus palabras para mí;
mi tiempo se escurre entre los días lluviosos.
La lluvia me ofrece recuerdos de ti en forma de gotas
gotas que me caen como alfileres sobre mi piel.

Parece que sigues en el umbral de mi mente;
umbral que quiero un rayo de sol traspase;
sol que seque tanta lluvia por ti;
de ti depende el conquistarte a versos

o el conquistarte a besos.
Mientras lo leen reproduzcan el vídeo

martes, 11 de junio de 2013

Hacedor de versos


Para mi fuiste mi estrella fugaz  que cruzó mi cielo nocturno para yo
pedir mi deseo más anhelado que se extinguió mientras duro tu luz,
en está decepción no fue mi cariño el que murió ahí;
si no mi último aliento de buen amante;
aliento que contengo para evitar derramar una lagrima
mientras escribo estas líneas; en este momento.

Mientras tanto todas tus promesas se me rompen entre los muros de mi mente
mucho antes de que las pudiéramos vivir, y lo peor…
que ni siquiera mostraron resistencia.
Quiero deprimirme recostado en tus piernas y dejas pasar el tiempo
sin intenciones de sentirlo o preocuparme por el ahora.

Aún continúo preguntándome por qué sacaste mi corazón de mi oscuridad
para “ESPONERLO A LA LUZ”, si solo estas dejándolo se haga cenizas.
Tan solo te pido una cosa: nunca olvides a este hacedor de versos
que con tanta emoción y cariño te hacia poemas;
y que paradójicamente hoy lo vuelve a hacer con un hoyo  en el alma
que absorbe el poco pasado que logramos escribir, para intentar

por tercera vez dejarlo en el pasado, en el olvido.

martes, 29 de enero de 2013


La luna y yo


De qué sirve tener un corazón mortal si no se me permite amar,
de qué sirve que mis ojos te llamen envueltos en lagrimas;
si tú no estás aquí para escucharlos,
de qué sirve que mis manos te busquen si nunca te han tocado
o mínimo saber cómo es tu piel tu rostro,
de qué sirve que mis pasos busquen encontrar los tuyos
si ni siquiera sé por dónde caminas. De qué me sirve esperar oírte
si tú hablas cuando yo no estoy, de que me sirve llorarte
si tú no estás aquí para secar mis lagrimas, darme un jodido abrazo
o una palmada.
Las almas solitarias como yo estamos pre-destinadas a mirar donde
no debemos, solo tengo para mí puta soledad este vaso de alcohol
que me arranca de mi contexto; para olvidarlo mientras el efecto etílico
dure en mi cuerpo. Ese vaso de alcohol que da a mi cuerpo esa calidez
que busco en una persona; ese vaso que mis labios vacían
hasta dejarlo en las mismas características que mi alma, vacía,
transparente y frágil.
Dice Hermann Hesse que para llegar a nuestro hogar
tenemos que pasar entre basura, pero tan solo hay que mandar
una señal de que necesitamos ayuda; pero yo
ni siquiera tengo intenciones de mandarla.
La luna asoma su rostro tímido entre mi ventana
para despojar la oscura y fría soledad que taladra mi mente
con un haz de luz ofreciéndome sus cuernos para perforar mi corazón,
con una casi desapercibida sonrisa reclamando mi vida.
Solo la luna pudo entender mi soledad y supo como remediarla;

ella tiene experiencia en estas cuestiones, su caso similar al mío,
ella sale cuando su amado sol se oculta,
de que le sirve a la luna tener miles de estrellas
si su sol no está con ella para compartirlas y apreciarlas.
De que me servía ilusionarme si tu brillas en otro cielo,
Ese mismo cielo que ambos vemos pero bajo contextos de anonimato.





martes, 11 de septiembre de 2012


Estas líneas

Le lloro a mi soledad que nunca me abandona;
le escribo a mi soledad que me ha inspirado a dedicarle estas líneas
sobre esta hoja que era pálida a falta de palabras.
Siempre dedicando poemas a algo que solo existe en mis sueños
a algo onírico que hasta parece inverosímil en mi vida.
Le dedico estas líneas a mi corazón roto que mi alma cubre de frialdad
como una sábana parchada a causa del desgaste del tiempo  
cubriendo un mueble viejo y empolvado.
Dedico estas líneas al mortal que desde hace muchas lunas espero que hasta he perdido la cuenta; llamo sin recibir contestación más que el sonido del eco de mi voz viajando entre el frío aire.
Dedico estas líneas a los seres que intentaron usurpar el lugar de quien espero y que robaron la poca luz que poseo.
Dedico estás mis últimas líneas a ti mi eterna noche;
que siempre has escuchado mi llanto que es la sinfonía que mi alma te dedica,
a ti mi eterna noche que cuando pierdo la luz me das un cielo lleno de estrellas
para no extraviar mi camino.
A ti mi eterna noche quitas mi soledad con tu  presencia cuando el sol cae;
Haciéndote mi cómplice, noche que vienes ante mí en medio  de las sombras para que nadie te vea para hacerme tu amante engañando al día.